En cada ocasion que le ofrece, Japon aboga por el problema del secuestro diciendo que el estancamiento de los problemas pendientes se debe a la RPDC, lo cual es un acto absurdo y sucio tendente a convertir lo negro en lo blanco.

Critica asi el diario Rodong Sinmun en un comentario individual de este sabado y continua:

Si Japon quiere cuestionar el problema del secuestro, antes que nada, tiene que reconocer y solucionar con sinceridad sus crimenes de secuestro y arresto forzoso a los coreanos, cometidos en el pasado por los imperialistas nipones, y otros actos de secuestro a los ciudadanos de la RPDC perpetrados en los ultimos anos.

Es muy repugnante el proceder de Japon que habla de "presion" y "sancion" sobre alguien bajo el pretexto del problema del secuestro.

En el trasero de tal maniobra esta ocultada la siniestra intencion de los reaccionarios japoneses. Ellos tratan de desviar, bajo el rotulo del problema del secuestro, la preocupacion y alerta de la sociedad internacional sobre la conversion de su pais en la potencia militar y sus maniobras de nueva agresion. Por otra parte, intentan evadir la liquidacion del pasado criminal y justificar sus violaciones de DDHH contra los coreanos residentes en su pais.

En el mundo no son pocos los paises que cometieron crimenes ante la humanidad. Pero, no hay tal pais como Japon que no liquida de siglo en siglo sus crimenes del pasado sobreponiendo otros nuevos sino se desespera por evadir la indemnizacion por el respecto.

Cada vez que recurre al problema del secuestro, Japon habla del "sentimiento de la poblacion", pero es mucho mas vehemente la hostilidad antijaponesa del pueblo coreano.

Japon debe saber bien el sentimiento antijapones y la voluntad del pueblo coreano de demandar la liquidacion del pasado criminal del pais isleno.

Las autoridades japonesas deben sacar lecciones del destino tragico de sus antecesores, que al cabo de actuar perversamente por derrocar el regimen coreano con la sancion y presion se fracasaron en lo politico sin cumplir sus mandatos al chocar con las protestas y criticas del interior y exterior del pais, y abandonar su actitud y modo de pensar de fraudulentos.