El Presidente Kim Il Sung dio inicio a su lucha antiimperialista de liberacion nacional al tomar parte en ese bravo y significativo evento nacional que manifesto dinamicamente en el interior y el exterior del pais el espiritu independiente de la nacion coreana.

El primero de marzo del 8 (1919) de la Era Juche, el pueblo coreano caracterizado por su fuerte espiritu de independencia nacional comenzo en Pyongyang la multitudinaria manifestacion antijaponesa gritando las consignas "!Fueran los japoneses y el ejercito nipon!", "!Viva la independencia de Corea!", etc.

En esta sublevacion, que se extendio a todo el pais, participaron hasta los compatriotas en ultramar como Manchuria, Shanghai, Primorie, Japon y Hawai.

En aquel dia, el Presidente marcho hasta la Puerta Pothong gritando "hurras" entre las filas de manifestacion integradas por los habitantes de Mangyongdae, su tierra natal.

Los imperialistas japoneses asesinaron a sangre fria en Pyongyang y otras localidades del pais a numerosos manifestantes pacificos e inermes movilizando al ejercito regular, la policia, el cuerpo de bomberos y hasta a los japoneses civiles.

Este bano de sangre de los connacionales, de que el Presidente ha sido el testigo presencial por primera vez en su vida, le hizo vibrar de colera.

Cuando anochecio, los paisanos subieron a la colina Mangyong con antorchas en la mano.

El Presidente realizo durante varios dias esta forma de lucha junto con su madre y aquellos.

Los gritos de "!Viva la independencia de Corea!", que aquel dia estremecieron todo el territorio nacional, quedaron grabados en la mente del Presidente acelerando su crecimiento espiritual.

Mas adelante, el Presidente recordo como sigue: "Podia decir que mi infancia termino en aquel momento en que gritaba !viva la independencia!, puesto de puntillas entre los mayores".

Mediante el Levantamiento Popular del Primero de Marzo, el pueblo coreano aprendio la verdad de que para lograr la victoria en la lucha antiimperialista de liberacion nacional, debe luchar organizadamente bajo la guia de un gran lider y un partido revolucionario y a base de la correcta estrategia y tacticas.

El pueblo coreano satisfizo su ansia de contar con un gran lider al enaltecer al Presidente Kim Il Sung como el Sol de la nacion.