En ese combate historico que tuvo lugar durante la lucha armada antijaponesa se estrello ante el poderio del Ejercito Revolucionario Popular de Corea (ERPC) el mito de la "invencibilidad" de las tropas agresoras japonesas.

Despues de asaltar a Pochombo en junio del 26 (1937) de la Era Juche, el Presidente Kim Il Sung dirigio en un lugar cercano a esa localidad las labores de las celulas de la Asociacion para la Restauracion de la Patria y el trabajo con el pueblo.

Entonces, recibio el parte de que se acercaban un gran numero de los uniformados japoneses a bordo de decenas de camiones y ordeno enseguida a los guerrilleros entrar en la disposicion de combate.

Decidido a librar la batalla de frente a frente contra ese gran destacamento del enemigo, antes de entrar en ella, el Presidente instruyo a los comandantes que aplicaran con iniciativa los metodos guerrilleros sin arrastrarse en los regulares a que esta habituado el enemigo.

A base del analisis detallado de la topografia local, el Presidente fijo Jiansanfeng como escenario de combate.

Despues de trazar la operacion con los comandantes, debatio con pasmosa tranquilidad con los activistas politicos el rumbo de trabajo y el deber de las organizaciones revolucionarias.

Una vez iniciado el combate, el Presidente ordeno a los guerrilleros eliminar a las tropas japonesas acorralandolas en la encanada.

Por las diestras tacticas del Presidente, los enemigos japoneses, que juraban pomposamente exterminar al ERPC, sufrieron una gran derrota con el saldo de incontables bajas en ese combate que duro todo el dia.

Impotentes de transportar todos esos cadaveres, los japoneses decidieron degollarlos y llevarse solo las cabezas en sacos o cajas de madera.

Cuando los curiosos les preguntaban que cosa llevaban en esos sacos, les mentian que era calabaza.

Asi se creo la famosa anecdota de la "cabeza de calabaza".