Desde que fue designada, la secretaria de Estado Hillary Clinton pronuncia sucesivamente por doquier unas palabras vulgares y absurdas sobre nuestro pais, que sientan mal a su cargo.

En su reciente viaje a la India, ella comparo el lanzamiento de misiles, que hemos realizado recientemente como parte del ejercicio militar, con la conducta de un nino inquieto que quiere atraer la atencion a si mismo.

Y dijo que "aunque el Norte de Corea quiere estar en el centro de la escena, EE.UU. no le daria ese placer".

Escuchando estas palabras, no podemos percibir ninguna intelectualidad de ella.

Estamos tomando las medidas necesarias no para llamar la atencion de alguien sino para defender la soberania y el derecho a la vida de nuestra nacion frente a la politica hostil y la amenaza nuclear de EE.UU.

Al respecto, EE.UU. esta tomando la delantera en armar escandalos por gusto.

Por consiguiente, nos colocamos en el centro de la escena gracias a EE.UU.

Nos parece ridicula ella que prefiere la verborragia ignorando la elemental caracteristica fisiologica de la sociedad internacional.

Ella parece a veces una alumna de la primaria y otras veces, una abuela que necesita ser mantenida y no tiene otra tarea que ir al mercado.

Las malas palabras deben pagar su precio.

Nos viene a la mente la idea de que si ella es secretaria de Estado, debe tener primero los conocimientos del mundo para contribuir, aunque en lo minimo, a la implementacion de la politica exterior de su administracion.