Esta gran revolucionaria dedico toda su vida y todo lo suyo a la patria, la nacion y al triunfo de la revolucion.

Ella estaba acostumbrada a pensar primero en la patria y la revolucion que en los asuntos hogarenos y exigia lo mismo a sus hijos.

Abajo se relata un episodio de ello.

Cuando hacia los preparativos para la expedicion a Manchuria del Sur durante la lucha armada antijaponesa, el Presidente Kim Il Sung se informo de que se empeoraba su madre enferma (Kang Pan Sok) y acudio a Tuqidiangu con un mal (medida cubica tradicional; equivale a 15 kg) de mijo para visitarla.

En aquel dia de encuentro con su querido hijo, ella hablo solo de los asuntos politicos sin hacer ninguna referencia a las condiciones de su salud y asuntos familiares.

Al dia siguiente, el Presidente subio al monte con su hermano menor para la lena a fin de restar el trabajo de su madre.

En la noche, Kang dijo en tono grave al Presidente: "Agradezco tu devota atencion, pero no soy de los que se dejan consolar por esas cosas. Te esperan muchos trabajos. Tienes que materializar la ultima voluntad de tu padre. No te preocupes por mi y sigue tu camino a pasos acelerados".

A la siguiente manana, al decir que el hombre debe llevar alguna suma en sus bolsillos para casos de emergencia, le dio al Presidente 20 wones (moneda nacional) que habia reunido lavando ropas ajenas y cosiendo para otros, quehaceres que le agrietaron las manos.

Asi renuncio ella a su derecho de madre a pedir la devocion filial a sus hijos, aunque padecia una enfermedad muy grave, y empujo a su hijo al camino de la revolucion pensando unicamente en la patria y la nacion colonizadas.

Esta imagen fue grabada en la mente del Presidente quien escribio en sus memorias "En el Transcurso del Siglo" como sigue:

"El que me prodigo, no fue un simple amor maternal, sino uno autentico y revolucionario que me hizo saber que yo era un hijo del pais, antes que ser el suyo, y debia ser fiel a la nacion antes que a los padres".