Introducen drogas y armas en la carcel abusando de distintas funciones de ese aparato y conspiran hasta la fuga colectiva manteniendo la comunicacion entre si.

Se conocio que el cabecilla de una pandilla daba ordenes a sus subalternos desde la celda.

Por otra parte, los reos revelan con Smartphone los maltratos inhumanitarios de los carceleros haciendo pasar tremenda pena a EE.UU. autodenominado como "defensor de derechos humanos".

Perplejas ante tal situacion, las autoridades carcelarias andan atareadas para instalar los interruptores de las ondas de telefonia celular y otros aparatos que captan las comunicaciones telefonicas y el intercambio de mensajes.

Pero, los especialistas estiman que sera dificil vigilar todos los movimientos de millones de recluidos.

Para colmo, la ley de comunicaciones de EE.UU. no autoriza la interrupcion de ondas hertzianas oficiales.

Entonces, ellas confiaron al olfato de perros la busqueda de Smartphones de los prisioneros, lo cual tambien les sale mal.

Muchos norteamericanos insisten en que la receta esta en reducir en todo lo posible el numero de presos.

Pero, en la sociedad estadounidense donde imperan los males sociales de todo tipo y la injusticia, no puede disminuir nunca la cifra de delincuentes. Por lo tanto, EE.UU. nunca podra quitarse ese dolor de cabeza.