En estos mismos instantes, decenas de buldózeres y camiones enviados por esa banda de traidores descuartizan la zona de Phyongthaek para instalar ahí una base militar yanqui.

La superficie total de la base militar de Phyongthaek, cuya construcción terminará en 2015, llega a 4 millones 440 mil phyong (3 mil phyong equivale a una hectárea), o sea, casi 80 veces de la dimensión del islote Tok.

En ese enclave más grande de las bases militares norteamericanas en el extranjero se construirán gradualmente la comandancia del octavo ejército norteamericano, los cuarteles, los garajes, el lugar de ejercicio móvil, el de tiro, los albergues, la cancha de golf y otras instalaciones de juego.

El hecho de que las autoridades surcoreanas entregaron en bandeja a los agresores ese territorio cultivable de la nación coreana es un acto vendepatria servil a las grandes potencias, comparable con la conducta de 5 traidores del año Ulsa que vendieron el país a los agresores japoneses.

Lo que llama la atención en la mudanza de bases norteamericanas y la construcción de las nuevas es el traslado de los enclaves al norte del río Han hacia el sur.

La base de Phyongthaek en plena construcción dará alojamiento a las tropas norteamericanas a evacuar de sus bases de Ryongsan de Seúl, Tongduchon y Uijongbu.

Esto parte del astuto intento de EE.UU. de alejar a sus tropas del alcance de implacable ataque del ejército de la RPDC y echar al ejército surcoreano como carne de cañón cuando se provoque la guerra en la Península Coreana.

A pesar de esto, el círculo gobernante surcoreano invierte en el traslado y la ampliación de bases militares norteamericanas fabulosos impuestos recaudados al pueblo. Esta estupidez significa una vergüenza nacional y se suma al siniestro método de agresión de EE.UU. que pretende causar la pelea fratricida entre los coreanos.

Debido a las bases de tropas norteamericanas situadas en varios lugares del Sur de Corea, el territorio coreano se convierte en zona devastada y se eleva cada día más el peligro de guerra.

Las autoridades surcoreanas serán condenadas siempre como vendepatrias si siguen actuando de esa manera.