Citando a WikiLeaks, The Washington Post transmitió el día 18 que el Departamento de Estado estadounidense ofreció 12 millones de US$ a las entidades opositoras de Siria desde 2005.

Según el reporte del rotativo norteamericano, tal financiación de EE.UU. comenzó bajo la administración Bush y prosigue en la actual con el propósito de derrocar el gobierno sirio.

Ante el alza de condenas y protestas en el ámbito internacional, el Departamento de Estado se justificó diciendo que lo que apoyó únicamente su gobierno fue la "democratización" de Siria.

Pero, como muestra de gran cinismo, el sub-portavoz de esa cartera había publicado que EE.UU. promueve los proyectos para fomentar las actividades antigubernamentales no sólo en Siria sino en otros países también.

Como se ve, la "democratización" aludida por EE.UU. es una brutal campaña agresiva para derrocar el gobierno y el régimen político del país definido como blanco y convertir luego a todo el mundo al estilo norteamericano.

Cada país tiene el derecho a optar libremente su idea y régimen de acuerdo con la Carta de la ONU y la ley internacional.

La "democratización" abogada por el imperio es el terrorismo político para dominar el mundo.

Además, constituye una violación flagrante de la Carta de la ONU y la ley internacional y grave atentado contra la soberanía y los DDHH de los países soberanos.

La realidad muestra que la campaña de EE.UU. para tomar la hegemonía mundial se torna cada día más aventurera bajo el rótulo de "democratización".

No se puede perdonar jamás la astuta y vil violación de la soberanía y el terrorismo contra el poder estatal de los imperialistas que se cometen bajo el vistoso cartel de DDHH y democracia.

Los países y naciones, que aprecian la independencia, deberán rechazar y redoblar la vigilancia ante la "democratización" al estilo norteamericano que persigue la agresión y la dominación.