El 26 de abril, el periódico estadounidense Wall Street Journal utilizó correctamente el nombre de Mar Este de Corea y el islote Tok.

Al respecto, el gobierno japonés formuló una protesta a la compañía Dow-Jones, que administra ese periódico, con el propósito de confundir la opinión pública internacional como si el Mar Este de Corea y el islote Tok formaran parte del territorio japonés desde la antigüedad y de satisfacer su astuta ambición de agredir a Corea.

El Mar Este de Corea y el islote Tok son territorios jurisdiccionales de Corea desde la remota antigüedad.

Desde la edad antigua, primer tiempo de civilización humana, los antepasados coreanos descubrieron el Mar Este de Corea y avanzaron en masas al archipiélago japonés.

En ese curso, fundaron el Estado Usan que abarcaba la isla Ullung y el islote Tok.

Adquirieron profundos conocimientos sobre dicho mar y lo denominaron oficialmente como el Mar Este de Corea.

Los datos geográficos y mapas de varios países del mundo como "Atlas de Asia" para niños y "Atlas de Rusia", impresos en 1737 y en 1745 por la Academia Científica de Petersburgo, lo anotaron no como el Mar de Japón sino como el Mar de Corea.

Después de inventar en 1905 el "Tratado de 5 Puntos de Ulsa", los mapas de Japón comenzaron a tergiversar esa anotación como el "Mar de Japón" y lo hicieron más abiertamente después de la ocupación de Corea.

Los hechos históricos demuestran claramente que el "Mar de Japón" es un nombre criminal difundido en el período de la ocupación militar de Corea por parte de Japón y es un producto de su política de expansionismo militarista.

Sin embargo, el gobierno japonés protestó esta vez la utilización correcta del nombre de ese mar mostrando cuán asquerosa es su ambición de arrebatar aguas marítimas y territorios ajenos.

En estos momentos en que Japón sufre las consecuencias del peor desastre natural en su historia, los países vecinos y la sociedad internacional le brindan asistencia sincera deseando la recuperación pronta. Hasta los países, que están en agudo enfrentamiento con Japón por el litigio territorial, se ponen al frente de esa ayuda humanitaria.

Sin embargo, el país isleño revela su sucia ambición expansionista ignorando hasta la elemental ética que rige en las relaciones internacionales.

La nación coreana no perdonará jamás las absurdas pretensiones de Japón de ganar el reconocimiento de la sociedad internacional sobre el nombre tergiversado "Mar de Japón".