En aquel entonces, EE.UU. se puso inquieto de los movimientos insólitos de Hatoyama en la política sobre EE.UU. como la promesa electoral de trasladar la base militar norteamericana de Futenma a las afueras del departamento de Okinawa.

Durante la visita a China, Hatoyama dijo que "hasta la fecha, Japón vino dependiendo demasiado de EE.UU.".

Kurt Campbell, asistente del secretario de Estado norteamericano para asuntos de Asia Oriental y el Pacífico, expresó su disgusto en las conversaciones con el secretario de defensa del Parlamento de Japón, Nagashima, sostenidas en octubre de 2009, diciendo que tales palabras de Hatoyama crearán una crisis en las relaciones entre ambos países.

Por otra parte, el embajador estadounidense en Japón de aquel entonces, John Roos, confesó al entonces ministro de Territorio y Transporte de Japón, Maehara, que su país tiene un dolor de cabeza por el incumplimiento de lo que ha prometido Hatoyama a Obama en el tema de mudanza de la base militar de Futenma.

Tales advertencias y descontento de EE.UU. revelan la ambición de seguir controlando a Japón para usarlo en la realización de su política de "retorno a Asia" de carácter dominacionista.