Decidió incluir este problema en el contenido didáctico de todas las escuelas. El gobernante supremo pide a otros países la colaboración en la solución del "problema de secuestro" diciendo que su país lo antepone en DDHH y que este problema es lo fundamental en las relaciones Corea-Japón.

Esto es método astuto connatural de Japón, enano político, que intenta lograr su malsano objetivo político.

Japón es el país criminal de DDHH y de guerra que tanto en el punto de vista moral como en lo jurídico no tiene ninguna calificación de presentar a la RPDC el "problema de secuestro" y el de DDHH.

Hasta la fecha que se ha cambiado el siglo, el país isleño no hace indemnización por sus crímenes de esclavitud del tiempo pasado en que arrestó y secuestró de manera forzada a incontables coreanos incluso 200 mil mujeres y les obligó la vida de esclavos.

Esta criminalidad debe ser castigada incondicionalmente según el "pacto sobre la no prescripción de los crímenes de guerra y otros antihumanos".

Sin embargo, el país isleño practica la educación en el "problema de secuestro" inculcando a las generaciones venideras la hostilidad a la RPDC a fin de encubrir sus crímenes de lesa humanidad cometidos en el pasado, evadir la liquidación de tal criminalidad, agravar la confrontación con Corea y mantener el poder.

Ese método grosero vino manteniéndose por los gobernantes sucesivos.

Tanto en el período del poder del Partido Democrático Liberal acaudillado por Abe como en el actual poder del Partido Democrático, Japón pretende de tal manera convertir su país en el país normal liberado de la responsabilidad moral por su pasado criminal y evadir la crisis política en el interior del país.

En la actualidad en que crece cada día más la demanda de sociedad internacional de promover la paz y la desnuclearización de la Península Coreana, las autoridades japonesas intentan aprovecharlo a su intriga de "secuestro".

Los países interesados dicen con precaución que Japón intenta sobreponer el "problema de secuestro" a las "medidas previas para la reanudación de las conversaciones a 6 bandas".

Pero, el "problema de secuestro" es método tan viejo para ganar algo.

Citamos por ejemplo el problema de Megumi Yokoda, que las autoridades japonesas presentan como lo principal de la solución del "problema de secuestro".

Como ya trascendidos, el llamado delegado de una entidad surcoreana anti-RPDC, quien se había relacionado profundamente en ese problema, dijo en agosto de 2006 que el gobierno japonés conoce bien la muerte de Megumi, pero lo "aprovecha políticamente como un medio para ejercer presión sobre la RPDC".

En la sociedad japonesa también la TV Asahi transmitió en mayo de 2009 que la cancillería conoce que Megumi no está viva, noticia que armó un gran escándalo en el interior y el exterior del país.

Por tales métodos y complots tan groseros y villanos, Japón se considera como enano político en la palestra internacional.

Para liberarse de esta situación, debe reflexionarse con sinceridad de su pasado criminal y liquidarlo correctamente.

Esto es el problema fundamental y primordial en las relaciones Corea-Japón.