La histórica Declaración Conjunta del 15 de Junio, noble conquista común de la nación, y la Declaración del 4 de Octubre, programa de ejecución de la primera, sirven de bandera de la defensa de la paz, que ilumina el rumbo y los remedios para establecer el sistema de paz duradera en la Península Coreana y lograr la reunificación y la prosperidad de Corea.

El primer documento aclaró que el problema de reunificación del país debe ser resuelto de manera independiente por las fuerzas unidas de la nación coreana.

El otro documento reafirmó el espíritu de "Entre nosotros, los connacionales", expuesto en la Declaración Conjunta del 15 de Junio, y a base de ello, dilucidó que el Norte y el Sur deben cooperar estrechamente para poner fin a las relaciones de hostilidad militar, aliviar la tensión y preservar la paz en la Península Coreana.

En esa ocasión ambas partes coreanas llegaron al consenso en acabar con el actual sistema de armisticio y establecer el otro de paz duradera y acordaron cooperar estrechamente para ese efecto.

La Declaración del 4 de Octubre presenta el problema de convertir el Mar Oeste de Corea, zona delicada en lo militar, en la zona marítima de paz.

En ese caso, se solucionarán los problemas importantes para prevenir los conflictos militares entre el Norte y el Sur y establecer el sistema de paz duradera.

Hoy día, todos los coreanos en el Norte, el Sur y en ultramar aspiran a la paz y la reunificación.

Las fuerzas, que persiguen la confrontación y la guerra en dicha península, no son nada más que las fuerzas extranjeras agresivas y las conservadoras surcoreanas que les obedecen a ciegas.

Si los coreanos se unen compactamente con el espíritu de "Entre nosotros, los connacionales" y ejecutan con sinceridad los proyectos para la preservación de la paz, indicados en las declaraciones conjuntas, se lograrán sin falta la paz y la seguridad de la Península Coreana.