El "convenio de administración" Sur de Corea-EE.UU., firmado el 9 de julio de 1966, siendo el documento esclavista de cuño moderno que justifica la ocupación del Sur de Corea por parte de las tropas agresoras norteamericanas y tolera sus atrocidades y crímenes, atribuye a las tropas yanquis el privilegio y posición ilimitados en el juicio penal, el uso del territorio y establecimientos, los negocios tributarios, la administración de la "salida y entrada", etc. en el territorio surcoreano.

En virtud de ese convenio leonino y parcial, las tropas norteamericanas vinieron cometiendo diariamente durante 45 años pasados violaciones, saqueos, masacres, estupros y otros crímenes de toda índole, actuando como el gobernante real y ente extraterritorial.

El rape a una mujer de Tongduchon, el asesinato a Yun Kum I, el lanzamiento de bombas en la comuna de Maehyang, el asesinato a dos alumnas de la secundaria con un carro blindado y otras atrocidades bestiales de las tropas norteamericanas, las recuerda vívidamente todo el mundo.

El caso de enterramiento de defoliante recién revelado es otro resultado trágico de la ocupación del Sur de Corea por parte de tropas norteamericanas.

Durante varios decenios, los uniformados yanquis ocupantes del Sur de Corea perpetraron los crímenes de toda índole. Pero, no reciben ningún castigo según el "convenio de administración", sino actúan con más arrogancia.

Ahora en el Sur de Corea no se cuestionan la matanza, el saqueo y la devastación territorial por parte de las tropas norteamericanas. Y los habitantes no pueden quejarse de sus sufrimientos injustos por bestias yanquis. Esto es la realidad del Sur de Corea.

Prácticamente, el "convenio de administración" es un documento vendepatria sin precedente que muestra que el Sur de Corea es la colonia de EE.UU.

La existencia de este documento es la ignominia de los habitantes surcoreanos y de toda la nación coreana.

A pesar de esto, la banda del traidor Lee suplica la ocupación eterna de las tropas norteamericanas en el Sur de Corea protegiendo activamente este convenio, y se entrega a la confrontación fratricida siguiendo a las maquinaciones bélicas agresivas de EE.UU. y sacrifican hasta el impuesto de los surcoreanos para mantener las tropas norteamericanas.

Tal acto proyanqui, servil y vendepatria de la banda de Lee provoca la indignación de toda la nación coreana.

La realidad muestra que si dejan intacto el "convenio de administración" Sur de Corea-EE.UU. y las tropas agresivas norteamericanas ocupantes de esta parte, los surcoreanos y toda la nación coreana no podrán evitar penalidades y desgracias.

Se debe abolir de inmediato el ignominioso "convenio de administración" y las tropas agresivas norteamericanas deben ser retiradas cuanto antes.

Los surcoreanos, que aprecian la dignidad y la soberanía de la nación, deben levantarse con valentía en la sagrada lucha patriótica por aniquilar rotundamente la banda del traidor Lee y expulsar a las tropas yanquis ocupantes del territorio surcoreano.