En su recorrido del dia 18 por las unidades del frente, el dijo que el Norte "esta tomando una actitud muy belicosa" y la Peninsula Coreana es "el pais dividido donde se encuentran las fuerzas mas belicistas del mundo".

Ademas, chismeo que "hace falta una perfecta disposicion que disuada la provocacion del Norte".

Sus dichos resultan un imperdonable insulto a los enlutados del pais que pasan estos dias con el gran dolor y tristeza por haber perdido al gran Padre de la nacion (Dirigente Kim Jong Il).

La "actitud belicosa" del Norte, aludida por Lee, es la explosion de la vehemente indignacion de todos los militares y habitantes de la RPDC por la siniestra conducta de ese maniaco de enfrentamiento y guerra que insulto la maxima dignidad de la RPDC y llevo al umbral de guerra la situacion de la Peninsula Coreana.

Durante el duelo nacional de la connacional RPDC, la camarilla de Lee expuso mas abiertamente que nunca su siniestro intento conflictivo y atributo de basura humana.

Ordeno a todo el ejercito el "estado de alerta para el combate" y reforzo las fuerzas armadas desplegadas en los alrededores de las 5 islas del Mar Oeste de Corea y las zonas del frente.

Elaboro el "plan de emergencia" pronunciando abiertamente unos disparates muy provocativos como "es posible que el Norte cometa la provocacion para la unidad interna" y "que los comandantes de campana respondan rotundamente a la posible provocacion segun el criterio y decision propios".

Hasta los habitantes surcoreanos de diferentes sectores criticaron a la banda de titeres preguntandose asi: "?Como es posible que haga la guerra un pais enlutado?" y "?Donde estaria otro tipejo tan inmoral que se atreva a decretar el estado de alerta contra los enlutados?"

La banda de Lee cometio el peor crimen de rehusar la expresion de condolencias imputando a la maxima dignidad de la RPDC la "responsabilidad final" por el caso de hundimiento de la corbeta "Cheonan" y el de canonazos en la isla Yonphyong.

Esto hizo al ejercito y pueblo de la RPDC redoblar su voluntad de no tratarse nunca con Lee Myung Bak y ajustar la cuenta hasta el final de los tremendos crimenes de sus compinches.

Los chismes de Lee pronunciados en su reciente recorrido por las zonas del frente parten de su intento de encubrir sus crimenes cometidos durante el duelo nacional y eludir la responsabilidad por haber roto las relaciones intercoreanas y llevado al borde de guerra la situacion.

El ejercito y el pueblo de la RPDC castigaran implacablemente a los maniacos de guerra que ofendieron la maxima dignidad de la RPDC y el noble sentimiento de aquellos de defenderla a costa de la vida y tratan de derrumbar el socialismo al estilo coreano.