Ahora, se alzan en suelo surcoreano las voces que condenan la "sancion" anti-Republica Popular Democratica de Corea impuesta por la ONU y demandan parar ahora mismo los ejercicios de guerra Estados Unidos-Sur de Corea para la agresion al Norte de Corea.

"Es imposible dar solucion a la situacion mediante la sancion" y la "presente maniobra militar es la de ataque con clara meta de eliminar el regimen norcoreano", asi opinan las entidades civiles y sociales progresistas, incluyendo la Solidaridad por el Progreso y la Federacion de Estudiantes Universitarios en el Siglo XXI, las personalidades de partidos opositores y circulos academico y religioso y los habitantes de otros sectores del Sur de Corea.

Igualmente, exigen fuertemente a EE.UU. y la banda traidora surcoreana tomar el camino de dialogo y firma del acuerdo de paz tras suspender la peligrosa campana de "sancion", enfrentamiento y guerra contra la RPDC.

Advierten que desplegarian el movimiento antiyanqui junto con las entidades del movimiento por la paz en el caso de que el imperio continue el entrenamiento militar sin proceder a la firma del acuerdo de paz.

Como integrantes de la nacion coreana, ellos no se quedan en la inaccion ante la situacion actual con rumbo a la peor coyuntura y formulan esa demanda justa recogiendo la aspiracion y voluntad de los compatriotas que desean frenar la guerra en la Peninsula Coreana mediante la distension y la paz.

Sin embargo, la camarilla titere surcoreana, incluyendo el "Partido Saenuri", y los medios conservadores del Sur de Corea califican a ellos como "fuerzas pro-Norte" diciendo que "amparan al Norte" y "revelan abiertamente su naturaleza de fuerzas pro-Norte", lo cual constituye otro imperdonable crimen antinacional y locura conflictiva con la RPDC.

De esa manera, los traidores surcoreanos quieren alcanzar su siniestro objetivo de distraer la mirada critica de la poblacion indignada, justificar su campana de enfrentamiento y guerra y aprovechar la situacion creada para eliminar a toda costa las fuerzas del movimiento por la reunificacion en alianza con el Norte y por la paz antibelica.

Encolerizados por la acusacion en su contra, las entidades progresistas y diversos estratos surcoreanos la rechazan fuertemente contradiciendo que "si rechazar la guerra y reclamar la paz representan la posicion del Norte, desear la guerra es entonces representar la postura de EE.UU.".

El replanteamiento de la ya desbaratada "teoria de fuerzas pro-Norte" deja conocer que los titeres surcoreanos se hallan en aprieto presionados por las criticas internas y externas.

El presente incidente pone al desnudo la asquerosa fachada de ellos como vendepatrias proyanquis encargados de cumplir la guerra que pretende el imperialismo norteamericano.

El "Partido Saenuri" y la banda conservadora surcoreana han de parar su imprudente maniobra militar y sucia campana contra las llamadas "fuerzas pro-Norte" conociendo bien la gravedad de la situacion y la opinion publica.

En el caso contrario, afrontaran las protestas y condenas mas fuertes de nacionales y extranjeros y seran condenados a la derrota mas vergonzosa y muerte tragica.

Los habitantes de diferentes sectores surcoreanos deben movilizarse en la lucha contra la febril campana de confrontacion fratricida y guerra de la horda conservadora proyanqui.