El pasado dia 19, el premier japones Abe dijo que "Japon no debe estar encerrado en la costumbre de la idea de hace 40 o 50 anos" y destaco la necesidad de cambiar la interpretacion de la constitucion sobre el derecho a autodefensa colectiva y expuso abiertamente la voluntad de enmendarla.

El derecho a autodefensa colectiva abogado por Japon significa tener el derecho a atacar preventivamente a otro pais bajo el rotulo de que los paises aliados puedan recibir el ataque, aunque no sea atacado su pais.

El orden internacional de posguerra y la constitucion de Japon obligan a este pais no ejercer el derecho a autodefensa colectiva.

Al eliminar este obstaculo que restringe las actividades militares en ultramar, Japon pretende preparar el pretexto para participar en la guerra y la reagresion.

El 26 de diciembre del ano pasado en que se cumplia un aniversario de su mandato, Abe visito el santuario Yasukuni, simbolo espiritual del militarismo japones, con lo cual declaro el inicio de la segunda guerra de agresion.

En este sentido, los recientes disparates de Abe son otro desafio abierto a la aspiracion de los pueblos asiaticos y la humanidad a la paz.

Al respecto, el canciller japones excusa humildemente diciendo que explicara a Estados Unidos la verdadera intencion del premier quien dijo que el objetivo de su visita reside en tomar "juramento de no provocar la guerra".

Pero, Japon corre a galopes por el nuevo camino criminal derribando uno tras otro los umbrales politicos y legales para realizar la militarizacion y la reagresion al establecer el nuevo "programa de defensa", "plan de arreglo de fuerzas defensivas de tiempo intermedio" y la primera "estrategia de seguridad nacional".

Esto es el actual aspecto de la sociedad japonesa.

Para cambiar la interpretacion de la constitucion, Abe substituyo en agosto del ano pasado al ministro del Departamento Legislativo del gabinete con el otro quien estaba al frente de admision del ejercicio del derecho a autodefensa colectiva, pese a la fuerte oposicion politica de su pais y recientemente volvio a expresar abiertamente su voluntad.

Por el respecto, una personalidad del partido opositor de aquel entonces revelo claramente que "el objetivo del gabinete de Abe de reexaminarlo reside en cumplir la guerra junto con EE.UU. sin alguna restriccion en ultramar".

Es demasiado natural que las inmensas fuerzas amantes de la paz de Asia y el resto del mundo se preocupen mucho por Japon convertido en un Estado belico y lo rechazan tajantemente.

Para el mundo no es necesario Japon, Estado de guerra que en el pasado ensangrento el territorio asiatico.

Los reaccionarios japoneses no deben olvidar nunca la historia de su derrota sufrida por la agresion a ultramar.

Los hechos actuales de Japon comprueban que Abe no tomo el "juramento de no desatar la guerra" durante su visita al santuario Yasukuni sino se decidio a provocar la guerra aunque enmendara la constitucion ante los criminales.

El camino al Estado de guerra no es el de prosperidad sino el arruinamiento final.