Los politicastros japoneses de alto rango, inclusive el premier y el director del secretariado del gabinete, anuncian oficialmente las "contramedidas". Mientras tanto, el gobierno japones toma una tras otra las medidas de venganza como llamar al pais al embajador japones en el Sur de Corea y el consul general en Pusan, aplazar las conversaciones economicas de alto nivel con el Sur de Corea y suspender el dialogo de SWAP.

Estas acciones provocativas y cinicas persiguen disimular los tremendos actos criminales de lesa humanidad, cometidos en el pasado por Japon, al presionar a la banda traidora de Park Geun-hye, acostumbrada al servilismo y sumision a grandes potencias.

Durante varios decenios desde cuando se pusiera sobre el tapete el problema de esclavitud sexual, el pais isla actuo con bajeza en innumerables ocasiones para evadir la liquidacion de su expediente criminal. Y ahora se porta mas cinico que nunca, lo cual deja consternada a la comunidad internacional.

Las estatuas de nina esclava sexual levantadas ante la embajada japonesa en Seul y el consulado general en Pusan y otros lugares del Sur de Corea no son simples simbolos sino una acusacion sobre los horribles crimenes antieticos del imperialismo japones y una protesta a Japon que intenta eludir la responsabilidad de liquidar el crimen de esclavitud sexual.

El "acuerdo" Sur de Corea-Japon firmado a fines del ano 2015 es un producto de regateo politico que bajo el control de EE.UU., fue inventado por Japon para tapar los crimenes del pasado embaucando a los titeres surcoreanos con sumas insignificantes de dinero.

Con expresiones ambiguas como "la vinculacion del ejercito con el caso" y "sentir la responsabilidad", el pais isla fabrico ese "acuerdo" negando el caracter forzado de esclavitud sexual sin reconocer la responsabilidad estatal y legal.

Obliga a los titeres surcoreanos a implementar el "acuerdo" en estos dias en que su lacaya espera la decision definitiva de su dimision.

Como gesto de gangster politico, Japon insiste obstinadamente en la solucion "definitiva e irreversible" del problema de esclavitud sexual diciendo que el "Sur de Corea debe cumplir el acuerdo aunque se cambie el poder" y seguiria de cerca la actitud posterior de los titeres surcoreanos.

Aunque pase mucho tiempo, ese pais no podra liberarse de la obligacion legal y moral de pedir disculpas por sus crimenes del pasado e indemnizarlos consecuentemente.

Este tema no se resuelve con miserables sumas de dinero y resulta vital para Japon en renacer como Estado normal confiado por la sociedad internacional al liquidar sus crimenes cometidos en el siglo pasado contra el pueblo coreano y los otros asiaticos.

Esos ultimos cobraran sin falta, de generacion en generacion, el precio de sufrimientos y desgracias que les impuso el imperialismo japones.