En la ocasion, para calmar el cada vez mas creciente sentimiento antiyanqui de la poblacion, la parte surcoreana exigio a su amo gringo dar publicidad los problemas discutidos tales como la indemnizacion a las victimas de crimenes cometidos por las tropas norteamericanas, la purificacion de la contaminacion ambiental de las bases militares norteamericanas, etc.

Pero, en cuanto a dar a luz el contenido de la reunion, la parte norteamericana insistio en la publicacion de las informaciones excepto los "secretos militares", negando asi la exigencia de su contraparte y en cuanto a la indemnizacion, dijo que "haran esfuerzos para prevenir los delitos y estrecharan las cooperaciones entre ambas partes", haciendo asi a su interlocutor callar. Tambien dio espalda a la demanda de la carga mutua de los gastos necesarios para eliminar la contaminacion ambiental de las bases militares norteamericanas, diciendo de la necesidad de "continuar la discusion constructiva".

En un comentario individual divulgado el dia 3, el periodico Minju Joson subraya que esta reunion revela patentemente las relaciones ignominiosas entre el amo y el sirviente, o sea, entre la dominacion y la subyugacion y entre la coaccion y la sumision, y continua:

El "Acuerdo Administrativo" EE.UU.-Sudcorea es el documento agresivo que permite legalmente a los imperialistas norteamericanos su ocupacion militar en el Sur de Corea y el vergonzoso que pisotea cruelmente la dignidad y los intereses de la poblacion surcoreana.

Sin embargo, los imbeciles surcoreanos adulan a su patron norteamericano hablando de los "esfuerzos comunes por el fortalecimiento de la alianza".

Las autoridades surcoreanas deben ver correctamente la opinion publica con velas encendidas que demanda la independencia antiyanqui.

Si ellas siguen recurriendo a la confrontacion fratricida y el servilismo proyanqui depositando su destino en la "alianza" con EE.UU. y urgiendo la ocupacion permanente de EE.UU., repetiran el fin tragico de sus predecesores.