En agosto pasado, realizo en el territorio surcoreano el "ejercicio conjunto de puestos de mando EE.UU.-Sur de Corea de la segunda mitad" y, al mismo tiempo, llevo a cabo con Japon una maniobra naval conjunta de mas de 10 dias.

Desde el 26 de agosto, libra otro ejercicio conjunto de gran escala para el supuesto "tiempo de emergencia en la Peninsula Coreana" que durara casi un mes.

Estas acciones militares significan grave provocacion anti-RPDC y amenazan la paz y estabilidad de la Peninsula Coreana y la region.

Ahora, la amplia sociedad internacional desea que todas las partes responsables de la situacion de la Peninsula Coreana piensen y actuen mas razonablemente que nunca.

EE.UU., signatario de la historica Declaracion Conjunta RPDC-EE.UU. del 12 de Junio, tiene la obligacion de suspender todas las acciones militares que puedan irritar a la contraparte.

Pero, el comandante de las fuerzas norteamericanas ocupantes del territorio surcoreano dijo hace poco que los "ejercicios se intensifican cada vez mas aunque no son publicados ampliamente". Como se puede suponer con tal discurso, EE.UU. nunca habia suspendido los entrenamientos militares de caracter agresivo y provocativo contra la RPDC desde el comienzo del proceso de dialogo bilateral.

El problema es que tales acciones contra la paz no se deben solamente a la politica hostil a la RPDC.

Como conocido, la meta final de la estrategia sobre Asia de EE.UU. es doblegar a las potencias regionales y tomar el control absoluto de todo el continente asiatico.

En ese contexto, los politiqueros norteamericanos abogan por la hegemonia mundial describiendo las potencias regionales como principales rivales potenciales y THAAD, Aegis Ashore y otros armamentos letales fueron desplegados ya en las zonas cercanas a esos paises o son confirmados para ser ubicados.

Ademas, se escenifican los ejercicios militares conjuntos en la region de Asia-Pacifico y el Oceano Indico.

Lo mas grave del caso es que Japon toma parte activa en esas maniobras tomandolas como mejor oportunidad para resucitar el militarismo y realizar su ambicion de agredir de nuevo la Peninsula Coreana.

La connivencia militar EE.UU.-Japon vulnera seriamente la paz y estabilidad de la Peninsula Coreana y la region asiatica.

No se puede perdonar nunca la campana belica de las fuerzas belicistas que desafian a la aspiracion de la sociedad internacional y la corriente de la epoca.