Ellos rindieron homenaje a los grandes hombres sin pares tras depositar las ramitas de flores ante los murales de mosaico con sus imagenes.

Estuvieron en la isba de comandancia situada en el valle Sobaeksu, donde recordaron las hazanas inmortales del Presidente Kim Il Sung quien alento la lucha antijapoensa por la liberacion nacional, tomando ese lugar como la cuna de la revolucion coreana desde la segunda mitad de la decada de 1930.

Vieron los objetos historicos conservados en la casa natal en el campamento secreto de ese monte, donde crecio el Dirigente como revolucionario.

Recorrieron la lapida con la oda escrita por el Presidente, el pozo pequeno usado por la Heroina de Lucha Antijaponesa Kim Jong Suk y las consignas revolucionarias inscritas por ella en los arboles.

Ese dia, los caravanistas organizaron el concurso de coro de canciones revolucionarias.