En estos tiempos en que todo el mundo se encuentra en un caos por la transmision rapida de la COVID-19, los reaccionarios japoneses recuerdan a los bandidos de la epoca imperial que impusieron terribles calamidades a la humanidad, lo cual deviene un desafio frontal al deseo de la sociedad internacional sobre la paz y estabilidad.

Es decir, ellos tratan de tomar la venganza de su derrota en la guerra al hacer apologia de la historia de agresion de sus predecesores imperialistas y resucitar el fantasma militarista.

La visita al santuario y la entrega de ofrendas, que se realizan anualmente en Japon como una ceremonia oficial con la presencia de muchas figuras politicas, no es un simple asunto relacionado con la tradicion o la costumbre nacional.

La llamada "cortesia" a esa institucion religiosa, simbolo espiritual de militarismo, significa la alabanza abierta a los criminales de guerra, el insulto a los pueblos de los paises victimas y la agitacion publica para inspirar en toda la sociedad la idea revanchista y militarista.

La visita del actual premier al santuario habia provocado la avalancha de criticas de la sociedad internacional en diciembre de 2013. Desde entonces, Abe recurre a la visita indirecta en forma de entrega de ofrendas para evitar el vituperio del mundo.

Sea cual fuera la forma, no se cambia el proposito de la visita de preparar e implantar la base ideo-espiritual de la reagresion mediante el embellecimiento de los delitos del pasado y la inculcacion del militarismo.

Hace poco, los reaccionarios japoneses revisaron y aprobaron a montones los manuales de escuelas secundarias en que se tergiversa totalmente o se disminuye en gran medida las partes alusivas a la historia de agresion, incluyendo el crimen de reclutamiento forzoso de coreanos y el de esclavitud sexual, a fin de inspirar en nuevas generaciones la concepcion ultraderechista de la historia.

La donacion de ofrendas realizada en la actual situacion de emergencia decretada en todo el archipielago debido a la pandemia demuestra claramente la invariable ambicion revanchista de los reaccionarios japoneses.

La posicion sobre el Yasukuni es precisamente la actitud hacia los pueblos de paises victimas y el punto de vista de los crimenes del pasado.

Por esta razon, los paises vecinos critican que el presente caso demuestra la actitud erronea de Japon sobre su historia de agresion y le demandan fuertemente ganarse con acciones la confianza de los pueblos asiaticos y de la sociedad internacional.

Siendo pais derrotado, Japon tiene la tarea fatal de pedir disculpas y hacer indemnizacion estricta por su expediente criminal.

Sufrira solo el aislamiento, la condena y el arruinamiento ese Estado reaccionario que desafia a la aspiracion de la humanidad a la paz y estabilidad sin reflexionar de sus pecados.

La sociedad internacional no perdonara jamas al pais isleno que niega la historia acechando la oportunidad de nueva agresion.