Este hecho es una muestra evidente de la ambicion del pais isleno de lanzar nueva agresion a Corea enarbolando el estandarte militar del viejo ejercito japones que habia impuesto incontables sufrimientos y desgracias a la nacion coreana.

Ahora los reaccionarios japoneses justifican el hecho pretextando que "el mapa de la Peninsula Coreana es uno de muchos colgados de las paredes de la oficina" y "no tiene sentido especial", pero estas palabras no pasan de ser un sofisma para ocultar su manifestado intento de agresion.

Ellos insistieron sin escrupulos en arrebatar con el metodo de guerra el sagrado territorio coreano y volvieron a anotar el islote coreano Tok como el japones en la Carta Azul de Diplomacia de 2020.

En la actualidad, se arman sin parar en la sociedad japonesa las campanas anti-RPDC y anti-Chongryon y las otras para infundir los hechos tergiversados de la historia en las nuevas generaciones.

Tales maniobras parten del intento de los descendientes de los Samurais que se enfrascan en la nueva agresion con el revanchismo considerando la hostilidad y la agresion a la RPDC como politica estatal y estrategia principal.

El emplazamiento de muchos efectivos de las "Fuerzas de Autodefensa" en los importantes puntos favorables a la agresion a ultramar bajo el enganoso pretexto de defensa y rescate de islas apartadas tambien revela el malsano intento de los belicistas japoneses que acechan la oportunidad de reagresion.

La meta invariable de ellos es agredir a la RPDC y extender a todo el mundo las llamas de la guerra de conquista.

Todos los hechos evidencian que los reaccionarios japoneses son los enemigos jurados de la nacion coreana.

Ellos deben tener presente que si actuan con imprudencia olvidando su historia de derrota, sufriran el fin tragico.