El avance de los efectivos nipones a ultramar es una muestra de la peligrosa politica de agresion de los reaccionarios japoneses que tratan de realizar, cueste lo que cueste, su ambicion expansionista regularizando el despacho al extranjero.

Japon dio el primer paso de su presencia militar en ultramar so pretexto de "mantenimiento de la paz" y "antiterrorismo". Y ahora se obstina en tal envio reclamando el "pacifismo activo" y "aporte a la sociedad internacional".

Ese pais sigue ampliando la esfera operacional de las "Fuerzas de Autodefensa" cuya capacidad de ataque ocupa el segundo lugar en el Occidente despues de EE.UU.

Pues, su meta es desatar la guerra al causar nuevo incidente provocativo en cualquier momento y lugar utilizando sus efectivos enviados a muchas partes del mundo como avanzada de agresion.

Es invariable el modo de subsistencia de Japon.

A fin de satisfacer su ambicion agresiva, los reaccionarios japoneses enganan a la sociedad internacional fingiendose contribuidores a la paz y estabilidad del mundo.

Sin embargo, las objeciones y protestas, que se desatan en el archipielago japones en cuanto al envio de efectivos al Medio Oriente, testimonian lo fraudulento de las retoricas sobre la "seguridad de buques japoneses" que pronuncian el ministro de Defensa y otros magnates.

Recientemente, un instituto frances de las relaciones internacionales y estrategias revelo que Japon incrementa la capacidad ofensiva de la flota y las fuerzas aereas cometiendo sin vacilacion alguna las acciones militares que violan la Constitucion bajo el vistoso rotulo de "lucha anti-pirateria".

Se puede conocer el rumbo posterior de Japon cautivado por la fiebre militarista si se tiene en consideracion que el envio de las "Fuerzas de Autodefensa" al Medio Oriente se decidio no en la Dieta sino en la reunion del gabinete y la guia de las autoridades concede a los buques de guerra enviados ahi la posibilidad de usar las fuerzas armadas para la "defensa legitima" cuando cumpla la "mision de guardia naval" en un caso de emergencia, entre otras cosas.

La realidad evidencia que la politica exterior del actual gobierno japones es la agresiva orientada a recuperar el sistema de dominacion colonial.

Los maniacos de militarismo deben tener presente que no podran resistir la opinion publica interna aspirante a la paz y estabilidad y el rechazo de la sociedad internacional.

Le espera a Japon la segunda derrota.