Recientemente, Tokio Shimbun dio a la publicidad un documento oficial referente a la unidad bacteriologica llamada "unidad de abastecimiento antiepidemico del ejercito Kwantung".

Segun el documento, ese colectivo armado estuvo integrado por la unidad 731 y 5 filiales, inclusive la de Dalian que "se dedico principalmente al estudio y la produccion de bacterias hasta el fin de guerra". Se incluyen la "nota de investigacion detallada" de las demas 4 sucursales y el plano de los movimientos de cada una de ellas, antes y despues de la derrota en la Segunda Guerra Mundial.

Un profesor honorario de la Universidad de Medicina de Shiga dijo que el documento elaborado por el gobierno japones en el tiempo posbelico tiene gran importancia para verificar la historia.

Los datos recien revelados son pruebas contundentes de los intolerables crimenes de lesa humanidad cometidos por los imperialistas japoneses.

Como ya es conocido, la connotada unidad 731 organizo y ejecuto directamente la guerra bioquimica.

Los matones de ese destacamento, estacionados entonces en la ciudad de Harbin de la provincia de Heilongjiang de China, realizaron los experimentos bacteriologicos con muchas personas de Corea, China y Rusia que les ha suministrado anualmente la policia militar.

Durante la agresion al continente asiatico, los imperialistas japoneses organizaron la unidad 100, la 516 y la Nami 8604 y otras bacteriologicas secretas que se entregaron a los experimentos de gas toxico y armas biologicas. Al acercarse su derrota, actuaron con astucia y barbaridad para ocultar su barbarie.

Pero, se descubren todavia las pruebas materiales que sirven de materias de los filmes y libros.

Sin embargo, los reaccionarios japoneses embellecen sus crimenes antieticos cometidos contra la nacion coreana y otras asiaticas sin sentir ninguna culpabilidad.

En lugar de pedir perdon e indemnizar a las victimas del reclutamiento forzoso, recurren a las medidas revanchistas e insultan a las victimas del crimen estatal de esclavitud sexual como "consoladoras voluntarias por el dinero".

Acondicionaron la exhibicion con los datos que niegan totalmente sus crimenes de lesa humanidad.

Consternan a todo el mundo la bajeza moral y el cinismo del pais isleno.

No tiene futuro el pais deformado en lo espiritual y moral.

Japon debe tener presente que su primer paso para hacerse miembro digno de la sociedad internacional es reconocer con sinceridad sus crimenes del pasado y cumplir la obligacion de indemnizar que corresponde al pais criminal de guerra.