El indoblegable espiritu de defensa de la patria manifestado en el tiempo de guerra es un gran pensamiento de la epoca que hereda el espiritu revolucionario del Paektu. E infunde el ferviente patriotismo en todos los uniformados y los civiles y les llama a realizar los meritos heroicos.

Los triunfadores de la guerra ensenaron con sus acciones que hay que apoyar con fidelidad la direccion del lider para defender y glorificar la dignidad y honor de la patria y confirmaron la verdad de que nadie en este mundo puede vencer al pueblo que tiene la confianza y la inclinacion sobre lo suyo.

Ademas, ellos demostraron que el pueblo con firme fuerza espiritual puede crear los milagros de todos tipos.

Cuando se tropezaban con una miriada de enemigos y se encontraban en una situacion desfavorable, los optimistas revolucionarios coreanos libraron la batalla de vida o muerte con la firme conviccion de que saldrian victoriosos sin falta en la guerra bajo la sabia orientacion del Presidente Kim Il Sung.

Los soldados del Ejercito Popular cubrieron con su cuerpo la aspillera enemiga y afrontaron aviones y tanques enemigos arriesgando la vida, mientras los habitantes fabricaron las municiones de guerra haciendo funcionar maquinas con las manos y se consagraron a la produccion agricola, el transporte de pertrechos y la ayuda al frente pese al bombardeo indiscriminado de los enemigos.

Los combatientes del EPC sepultaron en el mar con 4 torpederos el crucero pesado enemigo, resistieron con 4 canones el ataque de 50 mil enemigos durante 3 dias y derribaron con el avion convencional el caza a chorro enemigo.

El temperamento de lucha de los militares y civiles coreanos admiro a todo el mundo y estremecio a los enemigos.

Gracias a este espiritu de lucha heroica que continua generacion tras generacion, nuestra patria se ostentara eternamente como pais de milagros.