Su texto sigue:

Llega al extremo el chovinismo nacional de Japon.

Hace poco, las autoridades japonesas excluyeron a los estudiantes de la Universidad Coreana de la lista de aplicacion del "sistema de subsidio urgente para los estudiantes" ante la crisis sanitaria mundial.

Es una medida realmente malvada y sucia si se toma en cuenta que se incluyeron en esa lista las universidades estatales y privadas, colegios, escuelas especializadas de Japon y hasta las instituciones de ensenanza del idioma japones y las sucursales de las universidades extranjeras en Japon.

Forma parte de la arraigada politica hostil a la RPDC el presente caso de discriminacion nacional contra la etica, antecedido por la exclusion del sistema de asistencia para las escuelas superiores y el "de educacion y crianza gratuitas".

Hasta la misma sociedad japonesa, para no hablar de la internacional, siente verguenza por la conducta mezquina de los islenos.

Los representantes de los profesores universitarios de Japon publicaron una declaracion que exige la asistencia imparcial criticando la actitud de sus autoridades como "exclusion politica intencional", la cual fue aplaudida por cientos de sus colegas.

La discriminacion y el acoso de los reaccionarios japoneses contra el sistema general de educacion de los coreanos residentes en Japon, desde el jardin infantil hasta la universidad, constituyen una conducta fascista encaminada a acabar a toda costa con la educacion nacional de caracter democratico e imposibilitar la continuidad del movimiento de ellos.

Tal campana de hostigamiento comenzo ya inmediatamente despues de la derrota de Japon en la Segunda Guerra Mundial y prosigue hasta hoy tornandose cada vez mas sucia y brutal.

Las escuelas coreanas en Japon se han levantado por los compatriotas radicados ahi, que no pudieron estudiar bajo el coloniaje japones, con los fondos ganados a costa de sangre y sudor y bajo la consigna "!Vamos a levantar nuestras escuelas con el dinero los que lo tengan, con la fuerza los que la posean y con la inteligencia los que la tengan!".

Es que la alegria y esperanza de ellos fue ver a sus hijos asistir a las clases.

Sin embargo, los reaccionarios japoneses no reconocieron la fundacion de las escuelas coreanas con el fin de impedir desde el principio el desarrollo de la ensenanza nacional y, en virtud de la "orden de cierre de las escuelas coreanas" publicada en 1949, eliminaron 348 planteles docentes de los coreanos.

Luego, impusieron la educacion de asimilacion criticando la ensenanza de la lengua y letras coreanas, la historia, geografia y tradiciones culturales de la patria como "extraterritoriales" y "educacion antijaponesa contraria a los intereses estatales de Japon".

Continuan ahora tambien la discriminacion a los coreanos residentes en Japon al clasificarlos segun las escuelas cursadas, o sea, la coreana o la japonesa, y al no reconocer el expediente escolar de los graduados de escuelas coreanas.

Bajo el pretexto injusto, impiden el pago de subsidios para las escuelas coreanas, si bien imponen a los coreanos residentes en su pais los mismos impuestos que a los japoneses.

Para colmo, aplican gravamen hasta a las donaciones de esos coreanos para las escuelas coreanas obstaculizando asi el mejoramiento del ambiente de ensenanza y el establecimiento de la base material en ellas.

Chismean que los planteles docentes coreanos no pueden ser objeto de asistencia porque son influenciados por la RPDC tanto en lo ideologico como en los asuntos de operacion.

Son incontables los danos sufridos por los coreanos radicados en Japon debido a esas abominables maniobras para suprimir la educacion nacional que continuan de siglo en siglo.

Los coreanos en Japon son victimas directas de la dominacion colonial del imperialismo japones y sus descendientes.

Por eso, tanto en vista del curso historico como a la luz de la moral y etica, las autoridades japonesas tienen la responsabilidad legal y humanitaria de asegurar los derechos humanos de ellos, fomentar el desarrollo de su educacion nacional y proteger a los estudiantes de escuelas coreanas.

Ademas, el derecho a la educacion nacional de ellos conviene totalmente a las leyes internacionales y nacionales aceptadas por Japon, tales como la Declaracion Mundial de Derechos Humanos y el Convenio Internacional sobre Derechos Economico, Social y Cultural.

Sin embargo, Japon rehusa esa responsabilidad y, al contrario, comete uno tras otro los crimenes antieticos y chovinistas hostilizando a la RPDC e impidiendo el desarrollo de educacion nacional.

Preso todavia de la necia intencion de utilizar el asunto de ensenanza como carta diplomatica y politica, ese pais criminal hace todo lo posible para estropear el futuro del movimiento de los coreanos residentes en Japon y hacer danos a la RPDC.

Japon debe dejar ahora mismo su campana anti-RPDC al tener presente que asegurar la educacion nacional de los estudiantes coreanos constituye la postura correcta sobre la liquidacion del pasado.