Al respecto, el portavoz de la Asociacion de Coreanos Reclutados Forzosamente y sus Familiares hizo publica el dia primero una declaracion.

Segun la nota, el fuerte terremoto que fue ocurrido a mediodia del primero de septiembre de 1923 en Tokio y sus alrededores causando incendios, destruyo en un instante cientos de miles de hogares y edificios y quito la vida a incontables moradores.

Los imperialistas japoneses tramaron una artimana perversa de sacrificar a los inocentes coreanos residentes en su pais para aliviar la creciente inquietud y panico sociales y apaciguar el alma confundida y el descontento de los habitantes damnificados.

Difundiendo los rumores falsos tales como "los coreanos se rebelan, incendian y echan el veneno en los pozos", lanzaron al ejercito, la policia y el grupo de autovigilancia de civiles que mataron de manera cruel a mas de 23 mil coreanos durante diez dias y pico.

El hecho muestra que los imperialistas japoneses, colmados de misantropia y chovinismo nacional, son bestias, vampiros, diablos y enemigos jurados del pueblo coreano.

Sin embargo, las autoridades japoneses no esclarecen la verdad del incidente a mas de un siglo ni sienten ninguna culpabilidad ni responsabilidad, sino se desesperan para negar y ocultar sus crimenes del pasado e infunden en la sociedad japonesa el extremado chovinismo de la nacion coreana.

Al mismo tiempo, instigan a los reaccionarios derechistas a impedir los actos de recordacion a las victimas coreanas de aquel incidente y tratan de eliminar hasta la lapida en memoria de las victimas.

Manifestamos gran indignacion por la imprudencia de las autoridades y reaccionarios derechistas de Japon que recurren con frenesi a la tergiversacion de la historia y la anacronica campana anti-RPDC y anti-Chongryon y lo denunciamos categoricamente en nombre de todas las victimas y sus familiares.

Por mucho que pase el tiempo y se cambien las generaciones, no olvidaremos jamas las atrocidades cometidas por los imperialistas japoneses durante el terremoto de Kanto y cobraremos sin falta el precio de mil veces.