Puesto que se eleva constantemente la posibilidad de infiltración de nuevas variantes de la COVID-19 desde el extranjero, la Comandancia Estatal de Profilaxis de Emergencia fortifica el muro de bloqueo múltiple sobre las zonas del frente, fronteras, costas, mares y espacios aéreos y desarrolla la campaña masiva para controlar y acabar completamente con la propagación de la epidemia.

Al mismo tiempo, arrecia la ofensiva propagandística con miras a reforzar el cordón de defensa profiláctica de todo el pueblo, basado en la unanimidad voluntaria de acciones por regiones y unidades.

Las ciudades y distritos litorales establecen el orden de salida al mar en las empresas pesqueras y observan las exigencias profilácticas en el tratamiento de las basuras arrastradas por olas y los animales silvestres muertos sin razón.

Los puestos profilácticos instalados en las carreteras principales intensifican el control y la vigilancia médica sobre el personal, aparatos de transporte y materiales que entran en la capital o pasan los límites provinciales y no permiten ni un pequeño problema anormal.

Las instituciones de investigación científica toman las medidas para descubrir en estado primitivo el contagio de las variantes de Ómicron.

Las ramas de finanzas, circulación monetaria, comercio y servicios gastronómicos adoptan las providencias para prevenir la proliferación del virus letal en la circulación monetaria y el uso de tarjetas y exigen a todas las unidades que tratan los alimentos que respeten las reglas higiénicas y profilácticas.

En particular, las unidades de producción y suministro de productos lácteos se esfuerzan por garantizar la seguridad higiénica de los alimentos.

Se intensifica la esterilización de los basureros y estructuras subterráneas y se libra por unidades de trabajo, producción y vida la campaña para exterminar los animales nocivos.

En todas las localidades se suministra el agua de uso cotidiano de seguridad higiénica y se impiden el brote y la transmisión de todas las enfermedades epidémicas.