calendar>>August 19. 2022 Juche 111 |
Estimado companero Kim Jong Un pronuncia discurso ante los combatientes del sector medico del EPC
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Pyongyang, 19 de agosto (ACNC) -- El estimado companero Kim Jong Un pronuncio el 18 de agosto del 111 de la era Juche (2022) ante los combatientes del sector medico del Ejercito Popular de Corea un discurso intitulado "Felicitaciones a los combatientes del sector medico del Ejercito Popular, vencedores de la crisis epidemica capitalina". Su texto integro sigue: Combatientes del sector medico del ejercito que han demostrado su valentia en los campos de batalla contra la epidemia en la capital: Hoy nos hemos reunido aqui no para un balance ni para impartir alguna tarea especial, sino solamente para yo encontrarme en persona con los companeros que han trabajado mas que nadie, condecorarles y dejar fotos de recuerdo. Ya paso la crisis epidemica y recibi el parte de que ustedes abandonaron las calles capitalinas. A lo largo de estos dias senti un vacio, ustedes siguieron ocupando toda mi mente y no pude dejar de sentirme insatisfecho por haber faltado a mi deber con ustedes. Aun mas: la noticia de que miles de combatientes partieron en silencio en la noche bien avanzada y la madrugada, sin ninguna ceremonia oficial de despedida, con tal de no causarles incomodidad a los capitalinos, me hizo mas intensa la anoranza de ustedes, dispuestos a cumplir con lealtad sus obligaciones como soldados del Partido y el pueblo, y el deseo de hacer algo en favor de ustedes. Para quienes y como combatieron ustedes fue evaluado debidamente por el pueblo cuyos ojos estaban anegados de lagrimas de emocion cuando despedian a ustedes que se iban sin ningun anuncio tras cumplir sus misiones. Esta es la apreciacion mas valiosa que no se puede obtener con todas las riquezas del mundo, la mas alta premiacion que ustedes pueden ganar como soldados del ejercito revolucionario. Di la orden de reunir hoy a ustedes con el proposito de animarlos personalmente y volver a valorar en grande sus esfuerzos y hazanas, recogiendo el sentir de los capitalinos que, segun oi decir, lamentaron mucho que se percataran tardiamente de su retorno a sus unidades respectivas. Combatientes del sector medico del ejercito: Siento mucho no haber organizado con antelacion una cita como esta. Aunque sea de su incumbencia proteger al pueblo a costa del sacrificio, para mi su salud y su bienestar son tambien como gotas de sangre y trozos de carne que no podemos perder jamas. Por eso en todo el curso del batallar antiepidemico me preocupe mucho de ustedes, encargados directos de la tarea de afrontar la pandemia. Y ahora me da una infinita alegria ver tan saludables y vigorosos a todos ustedes que defendieron de la epidemia a la capital. Por todo ello, antes de felicitar a los vencedores de la guerra con la pandemia, siento y muestro gratitud por que hayan superado la crisis y conserven tan bien su salud. Companeros: Esta vez ustedes libraron un bregar realmente formidable. Se lo agradezco de corazon en nombre del Partido, la patria y el pueblo. Tal como apreciamos sus exitos de lucha en el reciente balance nacional de la labor antiepidemica de emergencia, ustedes si que trabajaron mucho con la fe indomable y el coraje redoblado en la defensa de la capital y del pueblo que duro 91 dias. La region capitalina donde estuvieron fue el escenario clave que decidia la victoria o la derrota de la lucha estatal contra la epidemia. Aun conservo frescos en la mente aquellos instantes apremiantes en que yo firmaba el acta de la orden de destinarlos a la batalla antiepidemica capitalina. De pie en este lugar frente a ustedes, recuerdo nitidamente los pasados dias 14 y 15 de mayo en que debido a la repentina expansion de la epidemia se declaro la maxima crisis profilactica nacional, que por ello la capital y el pais entero estaban desiertos, con un silencio aterrador, como si se hubieran desalojado de un momento a otro, y que me sostenia a duras penas recorriendo calles solitarias donde no se veia un alma. Tambien evoco aquellos momentos inquietantes y duros en que no me quedaba otro recurso que observar con inquietud a las personas haciendo cola o apinadas delante de las farmacias mal abastecidas de medicamentos por la inaudita crisis sanitaria, en que recibia los informes sobre la difusion explosiva de la pandemia, y en que sentia el irresistible deseo de confiarle al ejercito mi destino entero. A los cuatro dias de que hubieramos pasado del sistema profilactico estatal al de la maxima reaccion a la crisis nacional, es decir, el 15 de mayo, el Buro Politico del Comite Central del Partido y la Comision Militar Central del Partido analizaron la situacion de la salud en el pais, adopto medidas abarcadoras y trascendentales como resistencia resuelta a la propagacion de la pandemia y una de las mas importantes fue convocar a ustedes, los companeros del sector medico del Ejercito Popular, a defender a la capital a cualquier precio. En todo el transcurso de la superacion de la critica situacion sanitaria, ustedes se esforzaron con tenacidad, mas de lo que esperaba el Partido, demostrando el espiritu perseverante, la indestructible capacidad de combate, las nobles cualidades y la admirable entereza del ejercito del Partido. Ahora nos damos cuenta de que la defensa de la capital, llevada a cabo por el ejercito, fue una operacion perfectisima, intachable desde el principio hasta el fin. El simple hecho de que ante el acucioso imperativo el sector medico del ejercito, preparado para la guerra, se desplazara a la primera linea, adquirio una gran connotacion por inyectar la fe a todo el pais donde reinaba el ambiente de la profilaxis de emergencia, infundir el animo al pueblo que se inquietaba ante la propagacion de la fiebre y revertir la desfavorable situacion epidemica. En efecto, si no hubiera sido por los combatientes del sector medico del ejercito, la campana de la maxima emergencia se hubiera tornado mas encarnizada y ardua. En aquellos tiempos en que corria mayor peligro la capital que debia ser el centro y el ultimo bastion del manejo estatal de la crisis, ni las organizaciones partidistas capitalinas ni las instituciones estatales oponian resistencia oportunamente y el mencionado sector fue el unico en que confiaba el Comite Central del Partido. Con su abnegacion y lucha, ustedes patentizaron que no fueron vanas la confianza y expectativa del Comite Central del Partido y que fue correcta su decision de destinar con una prontitud de relampago a la elite del sector al suministro de farmacos de la capital, el clave de la campana profilactica de emergencia. En esos momentos de creciente inquietud ante la crisis inedita para cualquiera, ustedes dieron una gran muestra de valentia y sacrificio, tipicos rasgos espirituales que emanan de la lealtad excepcional de nuestros soldados que leen mejor que nadie los pensamientos mas intimos de su Comandante y no vacilan en acatar sus propositos. Por primera vez en su vida realizaban la tarea de proveer con prontitud de medicamentos a las personas de distintos estratos sociales, a los hombres, mujeres, ninos y ancianos, pero imbuidos de la lealtad absoluta a la orden del Comite Central del Partido y el amor incondicional y el sacrificio al pueblo protagonizaron bellos gestos con un detalle, una meticulosidad y una devocion que ni siquiera los farmaceuticos podian concebir. Ustedes no son meros trabajadores sanitarios en uniformes. Son tambien soldados revolucionarios infinitamente fieles al Partido, hijos y hermanos carnales del pueblo. Y este es su verdadero aspecto que quedo esculpido indeleblemente en la mente de los capitalinos en aquellos 91 dias sagrados. Al ser enviados a las farmacias capitalinas, se les dio la orden de estabilizar el transporte y suministro de medicamentos, pero hicieron mas: dieron todo su ser para preservar la vida y la salud de la poblacion. Aunque se cansaban en extremo e inimaginablemente en lo fisico y mental a causa de las continuas guardias diurnas y nocturnas, apresuraron los pasos bajo el sol candente en direccion a las familias necesitadas de medicamentos y visitaron hasta el ultimo de los febricitantes de la lista para ayudarlos con sinceridad a sacudirse la enfermedad, considerandolo todo como su deber. Todos sus hermosos procederes fueron muy emocionantes. Visitaron a los veteranos de guerra, ex militares minusvalidos y hombres de merito para entregarles las medicinas contra la epidemia y tambien los tonicos. Resucitaron a los pacientes donando sangre y con la respiracion artificial por via bucal. Y restaron sin titubeos de los cereales que les tocaban y compraron alimentos con el dinero que les enviaron sus padres para repartirlos a las familias de precaria situacion economica. A mi juicio, lo mas encomiable fue la sinceridad de que se caracterizaron en todo momento el contacto y el trato de los militares y los civiles. Los segundos trataron a los primeros como sus propios hijos y hermanos no porque les entregaran medicinas y alimentos. Por voluntad propia los llamaron "nuestros soldados benevolos", "nuestros hijos" y "nuestros nietos" porque percibian en todo su ser lo mucho que se preocupaban por ellos, la sinceridad con que los atendian y el amor con que se les entregaban de lleno. Entre los combatientes del sector medico del Ejercito Popular hay los que, aunque sabian de las desgracias de sus familias y de sus familiares gravemente enfermos aguantaron los dolores y sufrimientos para ser fieles a su sagrada mision de atender con todo carino a los ciudadanos, y tambien los oficiales y soldados que si bien padecian de la enfermedad siguieron consagrandose al pueblo hasta los ultimos momentos de su vida. Tales gestos laudables no se realizan ni son imaginables jamas como resultado de una orden. Se efectuan y se explican solo por las nobles cualidades espirituales y morales de nuestro Ejercito Popular. Voy a contar algunos hechos dignos de elogios relacionados con nuestros combatientes del sector medico del ejercito. Segun me informaron en varias ocasiones las organizaciones partidistas de la capital, se presentaron sin cesar las "quejas" por parte de los civiles que catalogaban de "desalmados" a los combatientes. Es que los civiles, si bien les estaban muy agradecidos en todos los demas aspectos, se lamentaban de que estuvieran renuentes a aceptar sus modestas muestras de sinceridad y se mantuvieran en su actitud de que les bastaba con beber el agua y respirar el aire. Pero, considero muy natural y digno de alabanzas que en esta guerra antiepidemica en la capital mantuvieran el principio moral del Ejercito Popular de que bajo ningun concepto podia ser una carga para el pueblo. Igualmente resulta loable que algunos companeros entregaran medicamentos a quienes no se atrevian a acudir a las farmacias porque habian cometido delitos contra el Estado y asi lograron que todos, sin excepcion alguna, disfrutaran de los beneficios de nuestro regimen. A nuestro Partido lo alegra y lo satisface mas que nada haber confirmado una vez mas el espiritu tan noble y el verdadero aspecto de un ejercito poderoso en lo politico e ideologico que, lejos de ser un ejecutor mecanico de las ordenes, piensa y actua con acierto conociendo bien la voluntad y la politica del Partido. Tambien los encargados del transporte de medicamentos a las unidades suministradoras de los mismos trabajaron mucho por los habitantes, recorriendo dia y noche las calles y viviendas capitalinas. Supongo que sus nobles y abnegados rasgos espirituales les dieron una fuerza descomunal a los capitalinos para que se libraran del panico de la pandemia y promovieron en toda la sociedad las bellas virtudes comunistas. Cada vez que me informaba de los hermosos gestos y otros actos loables de los magnificos combatientes del sector medico del Ejercito Popular, yo me imaginaba cuan satisfechos y orgullosos se sentirian sus padres, hermanos, esposas e hijos y sentia el deseo mas intenso de enaltecerlos y valorarlos. Todos ustedes son medicos del frente y heroes de combate, puesto que no vacilaron en lo minimo en la lucha contra el virus que pone en peligro a la humanidad, aunque en ella no hubo balas que amenazaran con acabar con su vida. En virtud de su lucha resuelta, se exhibio plenamente la disposicion de nuestro Ejercito de arrostrar todos los peligros para cumplir la orden del Partido y se defendio firmemente el precioso patrimonio revolucionario de la gran unidad ejercito-pueblo, raiz que nutre a nuestra sociedad. Ademas, se demostro sin reserva su capacidad de afrontar y vencer con todas las de la ley tanto los conflictos militares como los desafios no militares que amenazan a cada momento la seguridad del Estado y la vida y los bienes del pueblo. Como Secretario General del Partido y Comandante Supremo de las fuerzas armadas de la Republica, siento un gran orgullo y valoro altamente el hecho de que los generales, oficiales y soldados que habian aceptado la orden especial de la Comision Militar Central del Partido del Trabajo de Corea lucharan heroicamente exponiendo al maximo su lealtad al Partido y la revolucion, su abnegacion al pueblo y su patriotismo y contribuyeran sustancialmente a lograr con anticipacion una gran victoria en la guerra contra la epidemia. Combatientes del sector medico del ejercito: Como ustedes habran experimentado en carne propia, es extraordinaria la confianza del Parido y el pueblo en el Ejercito Popular y la mayor combatividad del sector es una demanda indispensable tanto en los tiempos de paz como en la guerra. En especial, la modernizacion del sector y el perfeccionamiento de sus preparativos de combate revisten una significacion cada vez mayor en la ejecucion de la guerra. Nuestro ejercito puede cumplir con su mision estrategica militar si preserva sus fuerzas en los enfrentamientos enconados. Desde ese punto de vista, el sector medico del ejercito asume un papel muy importante. A este sector le compete materializar cabalmente la idea y la orientacion del Partido sobre la medicina militar de acuerdo con su mision de asegurar los recursos humanos como ejecutores de la guerra, y ponerse a la cabeza en la tarea de consolidar y desarrollar la salud publica del pais. Cuando la alta fidelidad, el amor al pueblo y el noble humanitarismo manifestados en la reciente campana antiepidemica se combinan con los adelantos de las ciencias medicas, podran manejar con habilidad cualquier combate quirurgico y crisis sanitaria de interes publico. La Academia de Medicina Militar Rim Chun Chu, cantera de medicos del Ejercito Popular, desempenara como es debido el papel orientador y protagonico en la formacion de medicos militares y el desarrollo de la medicina militar. Ademas, sera la bandera y el ejemplo de todo el pais en renovar el conjunto de la labor docente. Se enfocara a elevar el nivel cientifico, teorico y clinico del personal docente y el estudiantado, renovara sin cesar el contenido, los metodos y medios de la ensenanza conforme al principio de la pedagogia moderna y lograra que todos, una vez graduados, sean diestros y famosos medicos de campana capaces de cumplir su mision de modo independiente y satisfactorio en tiempos de guerra. Estudiara mas y perfeccionara la terapeutica de campana a nuestro estilo conforme a los cambios de las circunstancias belicas y la tendencia mundial de la medicina militar, se esforzara para modernizar los equipos y aparatos medicos y asi hara aportes destacados a redondear los preparativos de combate del sector medico del ejercito. No se dormira jamas sobre los laureles tras la reciente campana profilactica de maxima emergencia sino reforzara las labores partidistas, docentes y administrativas promoviendo y divulgando ampliamente las experiencias positivas y corrigiendo las deficiencias. La Direccion Politica General y las organizaciones partidistas a todas las instancias del Ejercito Popular educaran a todos los militares en los excelentes rasgos de lucha manifestados por los miembros del sector y realizaran de forma sustancial la labor politica destinada a generalizar los ejemplos. Combatientes del sector medico del ejercito: Es un orgullo y un honor especial que en la ultima campana antiepidemica ustedes hayan dejado huellas imborrables en la trayectoria de la lucha abnegada del ejercito por el pueblo. Cada huella de lealtad, patriotismo, amor y abnegacion que ustedes han dejado en el libro de combate durante 91 dias sera para siempre un recuerdo inolvidable y guiara eterna e invariablemente su vida al servicio de la patria y el pueblo. Tendran siempre presentes la confianza y expectativa del Comite Central del Partido, se esforzaran de forma constante por seguir grabando aquellas huellas excelentes y estaran plenamente preparados en lo politico-ideologico y en lo tecnico-practico. Companeros: Registraran solamente victorias y glorias en el itinerario del Ejercito Popular, nuestras fuerzas armadas revolucionarias que siguen con lealtad al Partido y se consagran al pueblo para merecer siempre el calificativo sagrado y glorioso que es "ejercito del pueblo". Ustedes salieron victoriosos al derrotar con esfuerzos incansables el virus maligno y defender a todo trance la linea de profilaxis de la que no podiamos retroceder jamas, en fiel cumplimiento de la importante orden del Partido de salvaguardar incondicionalmente la seguridad y el bienestar de nuestro Estado, regimen y pueblo, con la disposicion de luchar resueltamente hasta que les quedara la ultima gota de sangre. Yo les propongo tomarnos una foto en conmemoracion de una victoria significativa que se registrara eternamente en la historia de nuestro Partido y Estado. Para mi constituye un gran orgullo y honor hacer la revolucion con oficiales y soldados fieles como ustedes. Companeros: !Sirvamos con lealtad a nuestro gran Estado, a nuestro gran Partido, a nuestro gran pueblo y a nuestra dignidad y honor! |
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