El texto completo va como sigue:

Se eleva cada día más en la sociedad internacional el ambiente de rechazo a la "Declaración de Washington" que estipula la voluntad de acción más enemiga y agresiva contra la prestigiosa República Popular Democrática de Corea.

En cuanto al documento aludido, la sociedad internacional inclusive los países periféricos advierten sobre su influencia negativa, describiéndolo como "detonador que acarrea otra crisis nuclear a la Península Coreana", "escrito encaminado a introducir a un lobo en el Nordeste Asiático" y "decisión peligrosa que agrava la tensión de la región y la lleva al círculo vicioso de la carrera armamentista".

Esto es una evaluación imparcial de la sociedad internacional sobre EE.UU. y los títeres belicistas surcoreanos que insatisfechos con su conducta de haber creado la inestabilidad permanente en la Península Coreana con las amenazas retóricas y las avariciosas acciones militares de hostilidad, pretenden llevar a toda la región a la horrorosa guerra termonuclear.

En tal circunstancia, el caudillo del Ministerio de Defensa Nacional del Sur de Corea, instigado por EE.UU., disparateó el 28 de abril que la ubicación del submarino nuclear estratégico norteamericano en la Península Coreana no contraviene a la Declaración Conjunta sobre la Desnuclearización de la Península Coreana ni es cuestionable en lo jurídico, lo cual es el clímax del cinismo típico de EE.UU. que está acostumbrado a los embustes e intrigas.

Es innegable por nadie el hecho de que el emplazamiento de los bienes estratégicos nucleares norteamericanos es el principal factor de la agravación de la tensión de la Península Coreana para no hablar de su "legitimidad".

Lo comprueba claramente la realidad objetiva de que la tensión regional llegaba a punto de explosión cada vez que volaban los cazabombarderos estratégicos norteamericanos sobre la Península Coreana y aparecían ahí con frecuencia los portaaviones y submarinos nucleares.

En particular, debido a las propiedades estratégicas nucleares norteamericanas de diferentes misiones, emplazadas sucesivamente desde el comienzo de este año apuntado a la RPDC, se encuentra siempre en el estado inestable la situación política y militar de la Península Coreana y se acerca el estallido de la guerra nuclear.

Esta vez, EE.UU. instigó a su lacayo a ocultar con la palabra edulcorante como "legitimidad" sus malas entrañas de enfrentamiento nuclear.

Su verdadera intención es liberarse de la culpabilidad nuclear de haber quebrantado gradualmente el sistema internacional de no proliferación nuclear y llevado a la Península Coreana al borde de la guerra nuclear recurriendo a la fabricación de los bloques militares de carácter agresivo y chovinista por doquier del mundo y a la proliferación nuclear que amenaza la subsistencia de la humanidad.

Igualmente, el imperio americano persigue el objetivo de preparar el "pretexto legítimo" de la introducción de enormes propiedades estratégicas en la Península Coreana, al atribuir la "legitimidad" a la ubicación ordinaria de sus submarinos estratégicos nucleares, y a base de ello, pretende convertir el suelo surcoreano en el mayor arsenal nuclear del Extremo Oriente y aprovecharlo eficientemente para el cumplimiento de su estrategia de hegemonía mundial.

Sería una gran equivocación, si EE.UU. piensa que podría engañar con su palabrería a la opinión pública y convertir lo negro en lo blanco.

EE.UU. no puede ocultar con las sofisterías como "legitimidad" su sucia naturaleza como causa raigal de la amenaza a la paz y seguridad de la Península Coreana y el resto de la región.