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Investigadora del Instituto para Japon del MINREX comenta la visita de Kishida al Sur de Corea
Pyongyang, 10 de mayo (ACNC) -- La investigadora del Instituto para Japón del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea, Kim Sol Hwa, hizo pública el día 10 un artículo intitulado "¿Qué 'contribución' hizo a la seguridad de Japón la visita de Kishida al Sur de Corea?".

El texto completo va como sigue:

Los días 7 y 8, el premier japonés Kishida realizó una visita al Sur de Corea, pese al fuerte rechazo y repudio de los nacionales y los extranjeros sobre el viaje avasallante del gobernante surcoreano por EE.UU., lo cual agranda la preocupación regional e internacional.

Como presumía la opinión pública interna y externa, Kishida puso en claro su objetivo de la visita al Sur de Corea, echando aceite al fuego.

En su encuentro con el gobernante surcoreano, calumnió infundadamente a la RPDC y otros países periféricos diciendo que "han llegado a un acuerdo sobre la importancia del aumento del disuasivo y las contramedidas en virtud de la alianza Japón-EE.UU. y el Sur de Corea-EE.UU. y la colaboración de seguridad entre Japón, EE.UU. y el Sur de Corea, puesto que continúan las provocaciones del Norte de Corea y se ve su intento unilateral de modificar la situación actual por la fuerza".

Lo que no se puede pasar por alto es que el premier japonés demostró abiertamente el intento de sumarse a la "Declaración de Washington", fabricada por los mandatarios de EE.UU. y el Sur de Corea como producto intensivo de la brutal política hostil a la RPDC.

No cabe duda que es amparada por su amo la conducta de Japón, que obedece a ciegas a EE.UU.

El gobernante surcoreano, enloquecido por el servilismo a EE.UU., insistió en colaborar con Japón en cualquier momento, diciendo que "la Declaración de Washington no excluye la incorporación de Japón".

Su disparate representa las malas entrañas de EE.UU. de fabricar "un ente consultivo tripartito para el disuasivo ampliado" favorable al establecimiento de la "alianza militar nuclear" bajo el mando de EE.UU. en el Nordeste Asiático.

La Declaración de Washington que estipula la institución del "grupo consultivo nuclear" y el emplazamiento del submarino estratégico nuclear norteamericano en el Sur de Corea, resulta un guión de enfrentamiento nuclear más abierto que amenaza la paz y la seguridad de todo el mundo para no hablar de la Península Coreana y el resto del Nordeste Asiático.

Japón debe deliberar qué significa su colaboración nuclear con EE.UU. y el Sur de Corea.

En cada oportunidad, EE.UU. le promete que defenderá el archipiélago japonés como su territorio principal. Pero, su verdadera intención es utilizarlo como un aparato favorable al cumplimiento de su estrategia de India-Pacífico.

Vale la pena recordar lo que dijo el director de redacción del rotativo estadounidense Wall Street Journal quien opinó que "no se ve la perspectiva para la defensa de Japón por parte de EE.UU., ya que nadie sabe si se podría destruir San Francisco por un ataque nuclear".

Japón no debe olvidar que para EE.UU., que tomó a cientos de miles de habitantes japoneses como única víctima de armas nucleares en el mundo, el archipiélago japonés no es más que su polvorín para la guerra y base de abastecimientos militares.

Si Japón sigue obstinándose en el establecimiento del sistema de colaboración militar tripartita de EE.UU. dando espaldas a la realidad, se llevará a la inestabilidad la región del Noreste de Asia y, al fin y al cabo, se la convertirá en un mar de fuego en que se morirá incinerado.

Defender la seguridad de Japón en virtud de la política de favoritismo de EE.UU., esto no pasa de ser una ilusión de miope de construir una casa al lado de polvorín.

Si Japón desea de veras su seguridad, debe hacer alguna cosa favorable para mantener las relaciones de estabilidad con los países vecinos, liberándose del destino de sumisión a EE.UU., lo que sería una conducta clarividente.

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