Recientemente, EE.UU. decidio vender a Japon 400 misiles cruceros de ataque de largo alcance Tomahawk y los equipos auxiliares.

Ademas, resolvio entregar a los titeres surcoreanos los armamentos mortiferos sofisticados, valorados en sumas astronomicas, inclusive 25 cazas Stealth F-35, 36 misiles interceptores buque-aire SM-6, 42 misiles aire-aire AIM-9X Sidewinder, y concerto con el circulo militar de ellos hasta el llamado "pacto de seguridad del suministro" cuyo objetivo es el abastecimiento rapido de materiales belicos.

Las armas a ser entregadas por EE.UU. a sus aliados militares de la region son pertrechos de ataque con un alcance que sobrepasa mucho el ambito de la Peninsula Coreana en sus especificaciones tacticas y operacionales. Por lo tanto, resulta evidente a quien apuntan y contra quien seran usados.

La venta de armamentos de EE.UU. a Japon y los titeres surcoreanos deviene un acto muy peligroso que agrava la tension militar en la Peninsula Coreana y el resto de la region del Noreste Asiatico y busca la nueva carrera armamentista.

EE.UU. crea la permanente inestabilidad de seguridad en la region de la Peninsula Coreana mediante el incremento visible de las propiedades estrategicas nucleares y los ejercicios militares conjuntos de gran dimension y caracter agresivo, por una parte, y, por la otra, rearma en gran medida a Japon y los titeres surcoreanos. Esta realidad demuestra que proviene justamente de EE.UU. y sus satelites la amenaza a la paz y estabilidad del mismo procurrente.

La entrega irresponsable de armas letales por parte de EE.UU. constituye un crimen de exportacion de conflicto y guerra para mantener su posicion hegemonica a costa de la destruccion de la paz y estabilidad del mundo.

Aunque la administracion norteamericana pretexta que el suministro de armas a sus satelites no cambiara el equilibrio militar de la region, los conflictos sangrientos, que estallan en todos los lugares a donde llegan los armamentos de fabricacion norteamericana, inclusive el continente europeo y el Medio Oriente, prenuncian la grave situacion militar y politica que se dara pronto en la Peninsula Coreana.

El incremento armamentista de una parte, que supera las demandas de defensa, causara la contramedida de aumento del potencial militar de su contraparte para aventajarlo.

Advertimos a EE.UU. que el precio de la crisis de seguridad, que pagaran ellos, puede crecer en lo equivalente al incremento de ganancias financieras por la venta imprudente de armamentos.

La RPDC dara mas acicate a la preparacion del disuasivo de guerra para mejorar la seguridad estrategica del Estado y controlar con rigor la situacion regional, frente a la inestabilidad de la Peninsula Coreana generada debido a la conspiracion militar y al trafico de armamentos mortales entre EE.UU. y sus seguidores.