Los medios de prensa y especialistas del mundo opinan que la muestra de la RPDC de su tecnología de reconocimiento no es negativa para la región y la posesión de Pyongyang del satélite de reconocimiento puede hacer más estable la situación de la Península Coreana.

Pero, EE.UU. denunció hasta en la escena de la ONU el ejercicio justo de los derechos independientes de la RPDC, describiéndolo como una "grave amenaza a la seguridad de la región y el mundo", por lo que sufrió una vergüenza ante el mundo, al no salir con la suya.

A pesar de esto, el país norteamericano abogó por el satélite de espionaje de los títeres surcoreanos, lanzado a bordo de su cohete transportador, diciendo que el satélite de los títeres surcoreanos tiene el "carácter diferente en el aspecto de observancia de la ley internacional".

Entonces, ¿El satélite de espionaje de los títeres surcoreanos sirve de un instrumento turístico para observar los montes y lugares famosos, en vez del objetivo militar?

Los títeres surcoreanos anuncian abiertamente que el establecimiento de la red de satélites de espionajes, que se promueve con la ayuda de su amo, es para el mejoramiento de la capacidad de vigilancia y el ataque preventivo contra los objetos estratégicos de la RPDC en el tiempo de emergencia.

Es muy ilógica la cuestión de la supuesta legalidad en cuanto al lanzamiento de satélite de espionaje de los títeres surcoreanos de carácter militar y agresivo que apunta a la RPDC y otras potencias vecinas.

En el caso de "Radar 7", satélite de recolección de informaciones lanzado por Japón en enero pasado, y en el otro de "OPEC-13", satélite de reconocimiento lanzado por Israel en marzo pasado para intensificar la capacidad de vigilancia sobre la región del Medio Oriente, EE.UU. mantuvo callado.

Los hechos dejan saber que el país norteamericano está bien colmado de la pauta de doble rasero contradictoria y parcial.

En vista del Tratado del Espacio Exterior, que definió el desarrollo y el uso del espacio como un derecho universal de los países miembros de la ONU, es obvio que no es aplicable en el cosmos la pauta de doble rasero al estilo norteamericano que niega y arrebata los derechos de otros.

Ningún Estado puede sacrificar el derecho de otro a la autodefensa para la seguridad de su propio país.

La realidad exige a la RPDC que intensifique más aplastante y ofensivamente la capacidad física para proteger la existencia y el desarrollo de nuestro Estado frente a las crecientes campañas anti-RPDC de las fuerzas hostiles.

Es la decisión firme de la RPDC lanzar en el futuro no lejano mucho más satélites de reconocimiento para recoger las informaciones de las maniobras militares contra la RPDC en la Península Coreana, el Pacífico y otras importantes zonas de intereses operacionales y hacer preparativos más firmes y eficientes.

Malligyong-1 y otros satélites de reconocimiento de la RPDC, ofrecerán en tiempo real suficientes datos sobre los movimientos de las fuerzas hostiles y en el caso necesario cumplirán perfectamente el rol de conductor de nuestro golpe superpoderoso.