El 28 de julio, los cabecillas de capa militar de EE.UU., Japón y la República de Corea se reunieron en Tokio y fabricaron una nota sobre la institución del marco de cooperación tripartita en el terreno de seguridad.

En el llamado "documento estándar", las fuerzas hostiles anotaron que estrecharán la cooperación en aras de la operación eficaz del sistema de compartimiento en tiempo real de los datos de alarma de misil, cuyo blanco es precisamente la RPDC, y realizarán de manera regular y sistemática los ejercicios militares conjuntos de 3 partes, sobre todo, el multiespacial Freedom Edge.

Se pone de relieve la peligrosidad de ese complot que se trata de un cimiento para realizar el intento criminal de extender en un futuro cercano la alianza militar tripartita hasta a la nuclear en la región de Asia-Pacífico.

Ya EE.UU. publicó junto con los títeres de la RC la "Declaración de Washington" para poner en operación el "grupo consultivo nuclear" e inventó hasta la "guía sobre el disuasivo y operación nucleares en la Península Coreana". A base de ello, acelera la integración de sus fuerzas armadas nucleares con las convencionales de la RC e impulsa preparativos de guerra nuclear contra la RPDC.

Después de dicha conspiración, prometió también a sus lacayos japoneses el "compartimiento de armas nucleares", al sostener una reunión del gabinete sobre el "disuasivo ampliado" que consiste en "defender" al país isleño, que es un criminal de guerra, valiéndose de toda la capacidad castrense, inclusive armas nucleares.

EE.UU. no abandona su objetivo malsano de realizar la dominación militar sobre la región al atar a sus dos lacayos con su cadena nuclear, bajo el pretexto de "ofrecimiento de disuasivo ampliado".

Desde enero hasta abril del año en curso, EE.UU., Japón y los títeres de la RC desarrollaron las maniobras militares anti-RPDC cuyo número ha duplicado en comparación con el mismo período del año pasado. Este hecho patentiza las relaciones militares más estrechas que nunca entre el amo gringo y sus sirvientes.

Sobre todo, en el caso de que se torne regular el Freedom Edge que tiene como su blanco la RPDC y otros Estados soberanos e independientes de la región, el ambiente de seguridad de la Península Coreana y su contorno caerá en la peor fase.

Entonces, ¿por qué esos belicistas, quienes estuvieron enfrascados antes también en la confabulación militar librando con frecuencia los debates y ensayos de guerra con diversos rótulos, darán ahora más acicates a la integración militar hablando con bombo y platillo de la "institución de la cooperación tripartita en la esfera de seguridad"?

Como saben todos, el actual mandatario estadounidense Biden ha renunciado a la reelección ante la presión para la cancelación de su candidatura, crecida bruscamente en el interior del país.

Sus dos lacayos también dan último respiro empantanados en la peor crisis de mandato.

Entre los partidarios del Partido Democrático Liberal se observa el fenómeno de "separación de Kishida" y el porcentaje de apoyo al gabinete registra las cifras más bajas después de la llegada al poder por él.

Mientras tanto, en la RC fantoche llega a un millón y cientos de miles el número de los habitantes que solicitan la moción de dimisión del títere Yoon Suk Yeol.

Mantener la superioridad militar de la alianza nuclear tripartita en la región, al estipular en un documento que se intensificará más la "cooperación de seguridad" aunque sea sustituido el poder en una de las tres partes, he aquí el objetivo verdadero de la reciente reunión, que no pasa de ser el último coletazo de los que están a punto de expulsarse del poder.

Lo comprueba la confesión del ministro de Defensa de la RC fantoche, quien dijo que "continuará la cooperación de seguridad EE.UU.-Japón-RC, aun cuando sea sustituido el poder o se mantenga en él el Partido Democrático en EE.UU."

La RPDC mantiene la firme voluntad de defender la paz y estabilidad de la Península Coreana y la región al frustrar las crecientes maniobras hostiles de carácter aventurero y provocativo de EE.UU. y sus cómplices con el fuerte poderío de autodefensa que puede doblegar cualquier intento u opción de los enemigos.

Históricamente, se hizo más evidente la superioridad militar de la RPDC ante las recrudescentes tentativas de atropello de EE.UU. y sus satélites y, hoy día, estos provocadores se encuentran en la situación trágica de preocuparse realmente por su seguridad.

La "nueva época de cooperación tripartita", de que se ufanan EE.UU., Japón y la RC, traerá sólo el resultado de adelantar el tiempo de "arruinamiento de las 3 partes".