En la reciente parada de "fuerzas de autodefensa", el mandatario japonés dijo que "ejecutará con constancia el fortalecimiento de la capacidad defensiva" con la "capacidad de contraataque" (capacidad de ataque a bases enemigas) como su núcleo.

Esa capacidad militar consiste en realizar el ataque fuera de la esfera de la capacidad ofensiva de la contraparte y es la muestra concreta de la intención del peligrosísimo ataque preventivo contra otros países.

Él pronunció sin titubeo la "ejecución constante" del fortalecimiento de tal "capacidad" tan pronto como tomara el cargo del premier cuando la situación regional se hizo más inestable que nunca debido a los movimientos militares que orquestan EE.UU., Japón y la República de Corea contra la RPDC. Este hecho insoslayable deviene otro testigo de la más calentada fiebre por la reagresión y guerra del país isla.

Ya desde la mitad de la década de 1950, Japón fabricó las opiniones públicas con la interpretación absurda de la ley de que la posesión de la "capacidad de ataque a la base enemiga" corresponde condicionalmente a la esfera de autodefensa y se desesperó a puertas cerradas por adquirirla.

Y legalizó la posesión de esa "capacidad" empleando la expresión de "capacidad de contraataque" para burlar la mirada de la sociedad internacional en los 3 documentos sobre la seguridad inclusive la modificada "estrategia de seguridad nacional" en diciembre de 2022.

La "Carta Blanca de Defensa para 2024", publicada en julio de este año, señala que el desarrollo de la capacidad de los misiles hipersónicos y de larga distancia es el remedio para la posesión de la "capacidad de ataque a bases enemigas".

Para ese fin, el Ministerio de Defensa de Japón hizo bullas de contraer el contacto por valor de fabulosos fondos con la Compañía de Industria Pesada Mitsubishi en cuanto al desarrollo del proyectil teledirigido de planeo para la interceptación de armas hipersónicas que impulsa junto con EE.UU.

Si bien ha presentado el rótulo de "interceptación", Japón anuncia abiertamente que el desarrollo de los armamentos ofensivos de nuevo tipo cuyas especificaciones son mejores que los hipersónicos inventados hasta ahora es para hacer frente a la "amenaza proveniente de los países periféricos" exponiendo fehacientemente quién es el blanco de su ataque sorpresivo.

Los cálculos taimados de Japón de garantizar la seguridad de su territorio con el "golpe preventivo" causarán solamente el resultado de convertir el archipiélago japonés en el blanco común de los países vecinos.

Japón debe tener presente que el refuerzo de la "capacidad de contraataque" le engendrará la pérdida completa de "capacidad de subsistencia".